viernes, 26 de noviembre de 2010

#56: Huérfano de padre

Una similitud que tengo en mi vida con la de Jesucristo es haberme quedado huérfano de padre al principio de mi edad adulta.  Yo perdí a Roberto Luis,mi padre, a la edad de 28 años y Jesús de Nazaret perdió a San José antes de iniciar su vida pública cerca de los 30 años.
Los huérfanos buscamos llenar el hueco que deja el padre en el corazón.  El único que ha podido llenar ese hueco en mi corazón es Dios Padre.  Cuando eres niño participas a tu padre tus deseos y anhelos porque sabes que el te puede ayudar a hacerlos realidad.  Ahora ya soy adulto y tengo hijos llenos de anhelos que me comparten, sin embargo yo sigo anhelando y Dios Padre conoce todo lo que hay en mi corazón y me puede ayudar a conseguirlo.
Hoy vamos a reflexionar juntos un pasaje del capítulo 27 del libro del Deuteronomio que habla de las bendiciones que Dios tiene preparadas para ti que te esfuerzas por cumplir los mandamientos. Pidamos luz al Espíritu Santo y comencemos a leer:
Promesas de bendición
1 Si escuchas la voz del Señor, tu Dios, y te empeñas en practicar todos los mandamientos que hoy te prescribo, él te pondrá muy por encima de todas las naciones de la tierra.
2 Y por haber escuchado la voz del Señor, tu Dios, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas bendiciones:
3 Bendito serás en la ciudad y bendito en el campo.
4 Benditos serán el fruto de tus entrañas y el fruto de tu suelo, los partos de tu ganado y las crías de tus vacas y tus ovejas.
5 Bendita será tu canasta y bendito el recipiente donde amasas tu pan.
6 Bendito serás al salir y bendito al entrar.
7 El Señor hará que caigan derrotados todos los enemigos que se alcen contra ti vendrán a atacarte por un camino y por siete caminos huirán de ti.
8 El Señor ordenará que la bendición esté contigo en tus graneros y en todas tus empresas, y te bendecirá en la tierra que él te da.
9 El Señor hará de ti su pueblo santo, como te lo juró, si cumples sus mandamientos y sigues sus caminos.
10 Entonces todos los pueblos de la tierra verán que tú eres llamado con el nombre del Señor, tu Dios, y te temerán.
11 El Señor te dará sobreabundancia de bienes en el fruto de tus entrañas, en las crías de tu ganado y en los productos de tu suelo, de la tierra que él te da, porque así lo juro a tus padres.
12 El te abrirá el cielo –su rico tesoro– para proveer de lluvia a tu tierra en el momento oportuno, y para bendecir todos tus trabajos. Serás acreedor de muchas naciones y deudor de ninguna.
13 El Señor te podrá al frente, no detrás. Siempre estarás arriba, nunca abajo, con tal que obedezcas los mandamientos del Señor, tu Dios, que hoy te ordenó practicar cuidadosamente,
14 sin apartarte, ni a la derecha ni a la izquierda. de las palabras que hoy te prescribo, y sin ir detrás de otros dioses para servirlos.[1]

¿Qué opinas de estas bendiciones?  A mí me parece que Dios justo te quiere ayudar a alcanzar todo lo que tu corazón anhela.  El hombre que se somete a Dios pronto se puede acostumbrar a que todo lo que está fuera de su control le sale bien, pero nunca debemos de olvidarnos de agradecer a Dios por tantas atenciones y bendiciones a través de las cuales se hace presente en tu vida.

Me quiero centrar ahora en el versículo 7 el cual tiene la palabra camino.  Lo vuelvo a copiar aquí: El Señor hará que caigan derrotados todos los enemigos que se alcen contra ti vendrán a atacarte por un camino y por siete caminos huirán de ti.  El enemigo del hombre santo tiene que encontrarse con él allí donde Dios lo tiene trabajando, cumpliendo su voluntad.  Este lugar es el primer camino al que hace referencia el versículo.  El único camino estrecho el camino de Dios.  Pero el enemigo no tolera estar en ese camino y pronto huye por cualquiera de otros siete caminos.  Esos siete caminos son los siete pecados capitales: avaricia, ira, lujuria, envidia, pereza, gula y soberbia.  

Si volteamos la situación al revés y el hombre santo requiere por encargo divino ir en busca de su enemigo para salvarlo, seguro lo encontrará en algún lugar en donde pueda cometer estos pecados capitales.  Piensa un momento en el último día de tu vida y trata de imaginar el lugar en donde Dios te va a encontrar.  ¿Aquel lugar que imaginas está en el camino de Dios?, ¿o está allí donde los pecados capitales se practican y se defienden como actos buenos, naturales y a los que se tiene derecho?

Pidamos a la Santísima Virgen que nos enseñe a discernir el camino de Dios y al Espíritu Santo que nos ilumine para no adentrarnos en ninguno de aquellos siete caminos.

Gracias por hacer esta reflexión conmigo.  Aquí se te aprecia y se te ama en Jesucristo.  Que Dios te bendiga


[1] Deut, 28,   1-14

2 comentarios:

  1. No, no, no... Papi sorry que te commentee esto pero... No te supero!!!!!! Cuero!!!! Me encanto :)
    P.S. i love you

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  2. Qué bueno que te gustó hija, yo también te amo.

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