jueves, 26 de diciembre de 2013

#198: Juegos violentos y películas de acción

Pollice Verso ("Pulgar hacia abajo") de Jean-Léon Gérôme, 1872.
Hoy en día hay mucho entretenimiento de naturaleza violenta: 
  • video juegos, 
  • películas, 
  • peleas y más.

La violencia como diversión no es algo nuevo, incluso los romanos, en tiempos del imperio, iban al Coliseo a ver actos de violencia extrema.

Al observar un acto violento ya sea real, actuado, virtual o animado, nuestro cuerpo se tensa y se dispara el instinto de defensa / huída. En el espectador se excita el deseo de poder, la lucha por sobrevivir y la ira, sobre todo en los juegos con jugadores múltiples.
Si la acción es muy intensa se nos olvida hasta respirar y nos falta el aire.

Ahora retrocede un poco, aléjate de este tema que te estoy proponiendo. ¿Qué opinas de divertirte con la violencia?  ¿Qué opinas de gustar de un espectáculo de matanza, dominación, odio y venganza?

Esta reflexión está basada en el salmo número cinco. Te recomiendo que pidas al Espíritu Santo que te ilumine antes de continuar leyendo. 

Si tienes una Biblia a la mano te recomiendo también leer el salmo 5 completo. A continuación te ofrezco algunos puntos de reflexión relacionados con algunos versículos de este salmo y su contexto.

Puntos de reflexión

1. Dios es mi Rey

oye mi clamor, mi Rey y mi Dios, porque te estoy suplicando. (Salmo 5,3)

La primera responsabilidad del rey es la seguridad de sus súbditos. Los súbditos, a cambio, se someten a la voluntad del rey. Así, el orden social se mantiene y se crea un ambiente de paz y armonía, propicio para la vida. Pelear y matar dejan de ser necesarios para vivir cotidianamente y las personas podemos dedicarnos a trabajar y cultivar las relaciones.

Si Dios es Rey de mi vida interior voy a tener estos mismos beneficios:
  • paz interior,
  • armonía espiritual,
  • y orden.


No tendré que pelear conmigo mismo porque voy a querer los bienes espirituales que Dios me brinda y los voy a preferir por encima y en sustitución de cualquier creatura.

2. Dios es mi salvoconducto

Guíame, Señor, por tu justicia, porque tengo muchos enemigos: ábreme un camino llano. (Salmo 5,9)

Son muchas las creaturas que pueden atentar contra mi vida interior, buscando robarme la paz y sobretodo la amistad con Dios. 

Dios mismo es la mejor defensa contra toda tentación, tristeza, ataque o injusticia que pueda yo sufrir. Basta con que invoque a Dios humildemente y seguro de la ayuda que recibo y que recibiré, pueda yo continuar con mi vida ordinaria en el servicio de mi Rey y sus súbditos, con serenidad.

3. Dios es mi escudo

Porque tú, Señor, bendices al justo, como un escudo lo cubre tu favor. (Salmo 5,13)

Ante tantos males que observamos diariamente resulta una temeridad vivir la vida al margen de Dios y de su protección.

Petición final


Te pedimos Madre Santísima, Reina de la paz, que nos enseñes a gustar de la paz, tanto en nuestros afanes diarios como en nuestros juegos y descansos, a fin de que gustando la paz y haciendo la paz seamos realmente bienaventurados. Te lo pedimos por Jesucristo Rey, Nuestro Señor y Salvador. Amén.