jueves, 27 de febrero de 2014

#201: Yo soy de corazón abierto

Dios ama a todos sus hijos, también a ti.

Este amor te trae muchos beneficios, y no te quita.

Entre más pequeño y pobre de recursos y de dones seas, Dios te compensa con más amor, un amor de predilección.

Yo soy seguidor de Cristo y te amo porque Cristo te ama. Tal vez no te conozco, pero Cristo te conoce y esto me basta para amarte.  Así mi corazón permanece abierto al amor de quien venga y de quien lo quiera recibir, en virtud de que soy hermano en Cristo de todos. En este sentido digo que soy de corazón abierto.

La siguiente reflexión está basada en el Salmo 19.  Te invito a que pidas conmigo la ayuda de Dios Espíritu Santo para que nos ilumine.
-“Ven Espíritu Santo.”

Puntos de reflexión

1. Contemplando a Dios descubrimos nuestro verdadero tamaño

Los preceptos del Señor son rectos,
alegran el corazón;
los mandamientos del Señor son claros,
iluminan los ojos. (Salmo 19,9)

Así como el astrónomo contempla las estrellas y calcula la inmensidad del universo, así el cristiano contempla a Dios y se maravilla de tanta bondad y belleza.

2. Contemplando a Dios descubrimos su constancia

la palabra del Señor es pura,
permanece para siempre;
los juicios del Señor son la verdad,
enteramente justos.(Salmo 19,10)

Dios es la verdad sin principio ni fin. En todas partes, a cualquier profundidad, altura o distancia y en toda hora, Dios es el mismo y permanece fiel en su amor por ti.

3. Contemplando a Dios permanezco humilde

Presérvame, además, del orgullo,
para que no me domine;
entonces seré irreprochable
y me veré libre de ese gran pecado.(Salmo 19,14)

Dios llama al corazón y el humilde le abre de par en par, para que venga el divino huésped del alma a habitar en él. La humildad es la virtud que aconseja perdonar y amar a todos.

Petición final


Te pedimos Virgen Santísima, Madre Inmaculada, un corazón abierto para amar, sin temor a ser lastimados, pues todo lo que gozamos o sufrimos por Cristo es verdadera ganancia, y con la certeza de que Dios nos acompaña, podemos caminar a donde falte. 

Demos gloria a Dios, amén.