La vida te presenta retos todos los días. Se puede decir que vivir es un reto. Un reto es una oportunidad para crecer como persona, pero también es un riesgo.
El reto en ocasiones se presenta como el riesgo de perder algo que ya tenías. Si no enfrentas este tipo de reto pierdes algo o incluso pierdes todo, hasta la vida.
Ante un reto así es importante recordar tres cosas:
Así de sencillo.
Los hombres sin embargo complicamos las cosas cuando:
En estos casos, las personas acumulamos miedo, angustia, insatisfacción y fracasos. El resultado de un reto que se enfrenta confiando solo en nuestro poder es aleatorio. El tiempo que pasa desde el inicio hasta el final de un reto así, se vive con mucho desgaste psicológico.
Debes de recurrir a la dirección espiritual para distinguir los retos que te presenta la vida de los retos que tú solo te impones. Si el director espiritual confirma tu intuición tendrás mucha paz interior. La paz interior te ayudará a enfrentar los retos con confianza y serenidad.
La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra la segunda persecución de Saúl a David. La cita es 1 Samuel 26, 1-7.
Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.
Puntos de reflexión.
1. Saúl bajó al desierto con tres mil hombres. El odio a los enemigos nos lleva a reunir todos nuestros recursos para atacarlo y destruirlo. En el proceso ponemos en riesgo todo y perdemos la paz interior. Dios nos pide que amemos a los enemigos.
2. David estaba en el desierto. El reto que enfrentaba David era doble, conservar su vida y cumplir el plan de Dios de ser rey de Israel. La estrategia de David fue confiar en Dios y actuar con astucia, pero siempre respetando lo que para él era sagrado, Dios y Saúl, el ungido de Dios.
3. Saúl estaba acostado durmiendo. Todo el ejército dormía desde antes de que cayera la noche. No había guardias despiertos. Dios hizo que el sueño sobrecogiera a todo el ejército de Saúl. David tuvo la confianza y la serenidad de caminar hasta el centro del campamento enemigo, ahí donde Saúl dormía rodeado de tres mil soldados.
Pidamos a María Santísima, Torre de David, que nos proteja con su manto y que sepamos enfrentar los retos de la vida como ella los enfrentó con: fe, prudencia, serenidad y confianza en Dios.
Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Te aprecio y te amo en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog.
Dios te bendiga.
Te agradecería si dejas tus comentarios o compartes esta reflexión con alguien que tu aprecies.
El reto en ocasiones se presenta como el riesgo de perder algo que ya tenías. Si no enfrentas este tipo de reto pierdes algo o incluso pierdes todo, hasta la vida.
Ante un reto así es importante recordar tres cosas:
- Dios te protege.
- Dios permite el reto para tu bien.
- Dios te da la confianza y la serenidad para enfrentar el reto y salir adelante.
Así de sencillo.
Los hombres sin embargo complicamos las cosas cuando:
- los retos surgen de nuestras propias pasiones,
- mismas que no van de acuerdo al plan de Dios,
- y recurrimos solo a medios materiales.
En estos casos, las personas acumulamos miedo, angustia, insatisfacción y fracasos. El resultado de un reto que se enfrenta confiando solo en nuestro poder es aleatorio. El tiempo que pasa desde el inicio hasta el final de un reto así, se vive con mucho desgaste psicológico.
Debes de recurrir a la dirección espiritual para distinguir los retos que te presenta la vida de los retos que tú solo te impones. Si el director espiritual confirma tu intuición tendrás mucha paz interior. La paz interior te ayudará a enfrentar los retos con confianza y serenidad.
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Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.
Puntos de reflexión.
1. Saúl bajó al desierto con tres mil hombres. El odio a los enemigos nos lleva a reunir todos nuestros recursos para atacarlo y destruirlo. En el proceso ponemos en riesgo todo y perdemos la paz interior. Dios nos pide que amemos a los enemigos.
2. David estaba en el desierto. El reto que enfrentaba David era doble, conservar su vida y cumplir el plan de Dios de ser rey de Israel. La estrategia de David fue confiar en Dios y actuar con astucia, pero siempre respetando lo que para él era sagrado, Dios y Saúl, el ungido de Dios.
3. Saúl estaba acostado durmiendo. Todo el ejército dormía desde antes de que cayera la noche. No había guardias despiertos. Dios hizo que el sueño sobrecogiera a todo el ejército de Saúl. David tuvo la confianza y la serenidad de caminar hasta el centro del campamento enemigo, ahí donde Saúl dormía rodeado de tres mil soldados.
Pidamos a María Santísima, Torre de David, que nos proteja con su manto y que sepamos enfrentar los retos de la vida como ella los enfrentó con: fe, prudencia, serenidad y confianza en Dios.
Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Te aprecio y te amo en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog.
Dios te bendiga.
Te agradecería si dejas tus comentarios o compartes esta reflexión con alguien que tu aprecies.
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