sábado, 16 de octubre de 2010

#15: La pérdida de los bienes temporales es parte del camino

Siguiendo con la reflexión de ayer acerca de las pruebas, quiero agregar que estas pruebas pueden iniciarse también por nuestro reiterado mal uso de los bienes temporales que Dios ha puesto a nuestra disposición.  Si estos bienes los usamos para apartarnos del camino, Dios después de mucha paciencia puede decidir que lo mejor es quitarnos alguno de esos bienes para que regresemos al camino.  Él en su infinita sabiduría sabe utilizar el método más eficaz para que volvamos a Él, de manera que ninguno se pierda para siempre. 

Dios es el pastor y sale a buscar a las ovejas perdidas.[1]  Al momento de encontrar a la oveja la desprende de aquello que rodea a la oveja y la dirige de nuevo rumbo al redil.  Ese redil es el paraíso eterno. Las ovejas perdidas somos cada uno de nosotros. El trabajo del pastor de salir a buscar la oveja y regresarla al redil toma toda nuestra vida terrena.  El camino rumbo al redil es el camino a la felicidad. 

Por eso dice un dicho popular: no hay mal que por bien no venga.  Y su equivalente bíblico: Todo terminará bien para el que teme al Señor, él será bendecido en el día de su muerte.[2]

Una recomendación; si todo este tema de las tentaciones y las pruebas te pone profundamente de malas, piensa en lo siguiente:  Dios es Amor.[3]  Todo lo que permite lo permite por amor.  Todo lo que hace lo hace por amor.  Todo lo que ha permitido y ha hecho en el pasado ha sido por amor.  Dios te ama más que nadie.  Te ama más que lo que tú te amas a ti mismo.  Él conoce tu pasado, tu presente y tu futuro.  Él tiene más información que tú y sabe mejor que tú lo que te conviene para tu felicidad plena.  También sabe lo que hoy necesitas y no te abandona.  Es en una palabra el mejor: Padre.


[1] Jn, 10, 14-16
[2] Sir, 1, 13
[3] 1 Jn, 4, 8

No hay comentarios:

Publicar un comentario