Hay viajes cortos y viajes largos y todos los caminos tienen una cierta distancia. El esfuerzo de recorrer esta distancia nos puede causar fatiga, nostalgia, sueño, hambre, sed, dolor, y desaliento. Cuando el camino nos lleva a un lugar mejor estamos de buen ánimo, pero cuando el sitio o la circunstancia que lo rodea están peor, entonces añoramos el lugar anterior. Es común que esto suceda y Dios lo sabe.
Afortunadamente contamos con apoyos extraordinarios para suavizar, endulzar o hacer soportable el camino. Uno de estos apoyos extraordinarios en el camino hacia la felicidad lo recibimos de los ángeles. Encontramos referencia de esta gran ayuda al estudiar la vida de Jacob. Dios le había pedido a Jacob que realizara un viaje difícil de regreso a su patria y lo ayudó de muchas maneras, ayudándole a tener éxito ante las adversidades. Dice la Escritura: Jacob, por su parte, siguió su camino y le salieron al encuentro Ángeles de Dios.[1] Si bien podemos pasar la vida entera sin que nuestros ojos vean un ángel por ser espiritual y no corporal, la verdad es que los ángeles nos ayudan más de los que nos damos cuenta. Todos tenemos un ángel en particular asignado para ayudarnos en nuestro camino particular.[2]
La oración al ángel de la guarda, aún en su versión infantil, hace referencia a estos anhelos del alma de estar acompañados, amparados y en el camino correcto. En la versión un poco más adulta, la oración al ángel de la guarda pide luz, protección, rectitud de conciencia y fortaleza de voluntad.
La oración al ángel de la guarda que me enseñaron de niño dice:
Ángel de la guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche, ni de día, no me dejes sólo pues si ti me perdería.
Desconozco el autor de esta oración pero no su eficacia. Nos ayuda de niños a vencer el miedo a la oscuridad y a dormir así tranquilos.
La oración al ángel de la guarda que me enseñaron de joven dice:
Ángel de la guarda, que eres mi custodio, puesto que la providencia soberana me encomendó a ti, ilumíname, guárdame, rígeme y gobiérname en este día. Amen.
Ve que los roles que tiene el ángel de la guarda, no sólo se limitan a evitar que te tropieces o que te suceda un accidente como comúnmente se cree. Su rol en tu vida está estrechamente ligado a lograr tu felicidad. Un buen ángel de la guarda cuida a una persona feliz, y una persona feliz sabe que su ángel de la guarda es su mejor aliado.
Los ángeles son portadores de buenas noticias. Los ángeles son criaturas de Dios que gozan de poderle ver todo el tiempo. ¿Qué mejor noticia que Dios existe y que te ama?
Los ángeles te ayudan como ayudaron a Jacob a cumplir el plan de Dios para tu vida en todo momento y en especial cuando te faltan las fuerzas físicas, emocionales o mentales.
Bien. Sigamos adelante en el camino.
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