En el mundo hay líderes y tiranos. El líder es una persona íntegra que inspira a las demás personas a dar lo mejor de sí mismas y a sumarse a una causa común. El tirano en cambio es una persona poderosa que inspira temor a las demás personas y las hace cometer actos indignos de un ser humano para no perder el favor del tirano y mantener la propia vida.
En esta ocasión reflexionaremos un pasaje de libro de Josué. Antes de seguir con la lectura te invito a ponerte en presencia de Dios y a pedir la luz del Espíritu Santo.
La astucia de los gabaonitas
3 También los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y con Ai,
4 y entonces decidieron recurrir a la astucia. Reunieron provisiones para el viaje, tomaron alforjas viejas para sus asnos y unos odres viejos, rotos y vueltos a coser;
5 se calzaron sandalias viejas y remendadas, y se vistieron con ropa gastada. Todo el pan que llevaban como alimento estaba reseco y reducido a migajas.
6 Así fueron hasta el campamento de Josué, en Guilgal, y le dijeron, a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano; por eso, hagan una alianza con nosotros».
7 Pero los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «Tal vez ustedes habitan por aquí, entre nosotros. ¿Cómo vamos a hacer una alianza con ustedes?».
8 Ellos dijeron a Josué: «Nosotros somos tus servidores». «¿Quiénes son ustedes?, les preguntó Josué, ¿de dónde vienen?
9 Ellos le respondieron: «Nosotros, tus servidores, venimos de un país muy lejano, atraídos por el renombre del Señor, tu Dios. Porque hemos oído hablar de él, de todo lo que hizo en Egipto,
10 y de la manera que trató a los dos reyes amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sijón, el rey de Jesbón, y a Og, el rey de Basán que residía en Astarot.
11 Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: «Provéanse de víveres para el camino, vayan a su encuentro y díganles: somos sus servidores, hagan por lo tanto una alianza con nosotros».
12 Este es nuestro pan: todavía estaba caliente cuando nos proveímos de él en nuestras casas, el día en que salimos al encuentro de ustedes; ahora está reseco y convertido en migajas.
13 Estos son los odres de vino: eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están aquí, todos rotos. Y estas son nuestra ropa y nuestras sandalias, gastadas por un viaje excesivamente largo».
14 Entonces los israelitas comieron de sus provisiones sin consultar la decisión del Señor.
15 Josué hizo las paces con ellos y también el pacto de conservarles la vida; los jefes de la comunidad, por su parte, les hicieron un juramento.
16 Pero tres días después de haber concluido este pacto, los israelitas se enteraron de que aquellos hombres eran de un pueblo vecino y que vivían en las inmediaciones.
17 Entonces levantaron sus carpas, y en tres días llegaron a las ciudades que ellos habitaban. Estas eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Iearím.
18 Los israelitas no los mataron, porque los jefes de la comunidad les habían hecho un juramento por el Señor, el Dios de Israel. Pero toda la comunidad murmuró contra sus jefes.[1]
Puntos de reflexión.
1. El hombre tiene necesidad de pactar con Dios a través de sus representantes en la tierra. A lo mejor tu vida ha sido en su mayor parte alejada del camino de Dios, pero al sentir cerca su presencia, la única manera de salir bien de ese encuentro es mediante un pacto.
Jesucristo ha hecho un nuevo pacto con la humanidad y cada uno de nosotros debe firmarlo para salvarse, firmarlo en sentido figurativo claro está. Al creer en Cristo y reconocerlo públicamente como Nuestro Señor y Salvador estamos firmando el pacto, y podemos aspirar a ser contados entre los elegidos. Por eso dice el Evangelio de San Marcos: El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.[2]
2. Las personas que viven alejadas de Dios mienten cotidianamente y tienen habilidad para hacerlo, porque los hijos de este mundo son más astutos en sus trato con lo demás que los hijos de la luz.[3] La estrategia de estas personas consiste en ofrecerte un satisfactor inmediato a cambio de que aceptes su propuesta.
Cuando una persona así se acerca contigo con una propuesta, no peques de ingenuidad y de autosuficiencia, mejor pide un tiempo para decidir y consulta tu decisión con Dios. Para consultar a Dios tienes varios recursos: la Palabra de Dios, la conciencia, la oración y la dirección espiritual o el consejo de familiares prudentes.
3. El liderazgo más fuerte es el que tienen personas como el Papa. Esta fuerza proviene de su cercanía con Dios.
Cuando un líder se aleja de Dios pierde autoridad moral y pierde liderazgo, puede tener poder y fuerza para que su voluntad se acate pero eso es diferente a un verdadero liderazgo. La gente sigue a un líder, en cambio a un tirano tan solo lo obedece pero no lo sigue.
Pidamos a María Santísima, líder cristiano por excelencia, que nos enseñe a creer en Jesucristo, a pedir buen consejo y a ser verdaderos líderes, cercanos a Dios.
Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Aquí se te aprecia y se te ama en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog. Que Dios te bendiga.
[1] Jos, 9, 3 - 18
[2] Mc, 16, 16
[3] Lc, 16, 8
Josué y los israelitas |
En esta ocasión reflexionaremos un pasaje de libro de Josué. Antes de seguir con la lectura te invito a ponerte en presencia de Dios y a pedir la luz del Espíritu Santo.
La astucia de los gabaonitas
3 También los habitantes de Gabaón se enteraron de lo que había hecho Josué con Jericó y con Ai,
4 y entonces decidieron recurrir a la astucia. Reunieron provisiones para el viaje, tomaron alforjas viejas para sus asnos y unos odres viejos, rotos y vueltos a coser;
5 se calzaron sandalias viejas y remendadas, y se vistieron con ropa gastada. Todo el pan que llevaban como alimento estaba reseco y reducido a migajas.
6 Así fueron hasta el campamento de Josué, en Guilgal, y le dijeron, a él y a los hombres de Israel: «Venimos de un país lejano; por eso, hagan una alianza con nosotros».
7 Pero los hombres de Israel respondieron a aquellos jivitas: «Tal vez ustedes habitan por aquí, entre nosotros. ¿Cómo vamos a hacer una alianza con ustedes?».
8 Ellos dijeron a Josué: «Nosotros somos tus servidores». «¿Quiénes son ustedes?, les preguntó Josué, ¿de dónde vienen?
9 Ellos le respondieron: «Nosotros, tus servidores, venimos de un país muy lejano, atraídos por el renombre del Señor, tu Dios. Porque hemos oído hablar de él, de todo lo que hizo en Egipto,
10 y de la manera que trató a los dos reyes amorreos que estaban al otro lado del Jordán: a Sijón, el rey de Jesbón, y a Og, el rey de Basán que residía en Astarot.
11 Por eso nuestros ancianos y todos los habitantes de nuestro país nos dijeron: «Provéanse de víveres para el camino, vayan a su encuentro y díganles: somos sus servidores, hagan por lo tanto una alianza con nosotros».
12 Este es nuestro pan: todavía estaba caliente cuando nos proveímos de él en nuestras casas, el día en que salimos al encuentro de ustedes; ahora está reseco y convertido en migajas.
13 Estos son los odres de vino: eran nuevos cuando los llenamos, y ahora están aquí, todos rotos. Y estas son nuestra ropa y nuestras sandalias, gastadas por un viaje excesivamente largo».
14 Entonces los israelitas comieron de sus provisiones sin consultar la decisión del Señor.
15 Josué hizo las paces con ellos y también el pacto de conservarles la vida; los jefes de la comunidad, por su parte, les hicieron un juramento.
16 Pero tres días después de haber concluido este pacto, los israelitas se enteraron de que aquellos hombres eran de un pueblo vecino y que vivían en las inmediaciones.
17 Entonces levantaron sus carpas, y en tres días llegaron a las ciudades que ellos habitaban. Estas eran Gabaón, Quefirá, Beerot y Quiriat Iearím.
18 Los israelitas no los mataron, porque los jefes de la comunidad les habían hecho un juramento por el Señor, el Dios de Israel. Pero toda la comunidad murmuró contra sus jefes.[1]
Puntos de reflexión.
1. El hombre tiene necesidad de pactar con Dios a través de sus representantes en la tierra. A lo mejor tu vida ha sido en su mayor parte alejada del camino de Dios, pero al sentir cerca su presencia, la única manera de salir bien de ese encuentro es mediante un pacto.
Jesucristo ha hecho un nuevo pacto con la humanidad y cada uno de nosotros debe firmarlo para salvarse, firmarlo en sentido figurativo claro está. Al creer en Cristo y reconocerlo públicamente como Nuestro Señor y Salvador estamos firmando el pacto, y podemos aspirar a ser contados entre los elegidos. Por eso dice el Evangelio de San Marcos: El que crea y se bautice, se salvará. El que no crea, se condenará.[2]
2. Las personas que viven alejadas de Dios mienten cotidianamente y tienen habilidad para hacerlo, porque los hijos de este mundo son más astutos en sus trato con lo demás que los hijos de la luz.[3] La estrategia de estas personas consiste en ofrecerte un satisfactor inmediato a cambio de que aceptes su propuesta.
Cuando una persona así se acerca contigo con una propuesta, no peques de ingenuidad y de autosuficiencia, mejor pide un tiempo para decidir y consulta tu decisión con Dios. Para consultar a Dios tienes varios recursos: la Palabra de Dios, la conciencia, la oración y la dirección espiritual o el consejo de familiares prudentes.
Papa Benedicto XVI |
Cuando un líder se aleja de Dios pierde autoridad moral y pierde liderazgo, puede tener poder y fuerza para que su voluntad se acate pero eso es diferente a un verdadero liderazgo. La gente sigue a un líder, en cambio a un tirano tan solo lo obedece pero no lo sigue.
María Siempre Virgen |
Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Aquí se te aprecia y se te ama en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog. Que Dios te bendiga.
[1] Jos, 9, 3 - 18
[2] Mc, 16, 16
[3] Lc, 16, 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario