La liturgia recuerda el Salmo 51 todos los viernes. Este Salmo es atribuido al rey David después de que pecó gravemente y el profeta Natán le hizo ver sus pecados.
Al rezarlo pedimos perdón por nuestros pecados y a cambio ofrecemos trabajar en la Evangelización.
Podemos resumir el Salmo en tres enunciados, como sigue:
- Perdóname Señor por mis pecados.
- Permíteme Señor seguir viviendo.
- Te ofrezco a cambio trabajar en la Evangelización.
A continuación incluyo el Salmo 51 completo, también conocido como el Miserere.
SALMO 51
1 Del maestro de coro. Salmo de David.
2 Cuando el profeta Natán lo visitó, después que aquel se había unido a Betsabé.
3 ¡Ten piedad de mí, oh Dios, por tu bondad,
por tu gran compasión, borra mis faltas!
4 ¡Lávame totalmente de mi culpa
y purifícame de mi pecado!
5 Porque yo reconozco mis faltas
y mi pecado está siempre ante mí.
6 Contra ti, contra ti solo pequé
e hice lo que es malo a tus ojos.
Por eso, será justa tu sentencia
y tu juicio será irreprochable;
7 yo soy culpable desde que nací;
pecador me concibió mi madre.
8 Tú amas la sinceridad del corazón
y me enseñas la sabiduría en mi interior.
9 Purifícame con el hisopo y quedaré limpio;
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
10 Anúnciame el gozo y la alegría:
que se alegren los huesos quebrantados.
11 Aparta tu vista de mis pecados
y borra todas mis culpas.
12 Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,
y renueva la firmeza de mi espíritu.
13 No me arrojes lejos de tu presencia
ni retires de mí tu santo espíritu.
14 Devuélveme la alegría de tu salvación,
que tu espíritu generoso me sostenga:
15 yo enseñaré tu camino a los impíos
y los pecadores volverán a ti.
16 ¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío,
y mi lengua anunciará tu justicia!
17 Abre mis labios, Señor,
y mi boca proclamará tu alabanza.
18 Los sacrificios no te satisfacen;
si ofrezco un holocausto, no lo aceptas:
19 mi sacrificio es un espíritu contrito,
tú no desprecias el corazón contrito y humillado.
20 Trata bien a Sión por tu bondad;
reconstruye los muros de Jerusalén,
21 Entonces aceptarás los sacrificios rituales
–las oblaciones y los holocaustos–
y se ofrecerán novillos en tu altar.
Puntos de reflexión
1. Mira lo bueno que es Dios conmigo!
- Me purifica.
- Me enseña la sabiduría.
- Me recrea y me renueva.
- Me salva y me sostiene.
- Pone en mi boca palabras buenas.
2. Nadie más puede hacer por mí lo que Dios hace.
- Las limpias no purifican el alma.
- Los estudios no me hacen sabio.
- La ropa nueva no me hace nuevo.
- El dinero no me da la inmortalidad ni la felicidad.
- El vino no pone palabras de vida en mi lengua.
3. A Dios ofrezco mi vida
- Me consagro a ti Señor.
- Mi vida tiene sentido gracias a Ti.
- Llena mi corazón y mi mente.
- Quiero vivir inmerso en tu perfume.
- Y habitar en tu casa por siempre.
Petición final
Madre Santísima, Virgen del Perpetuo Socorro, en esta hora de conversión, renueva mi propósito y dirígeme en la dirección correcta por el camino de Jesucristo, a fin de que tomado de tu mano nunca me separe de Él. Te lo pido por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor y Salvador. Amén.
Y que la gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén.(Apocalipsis, 22:21)
Muchas gracias por esta publicación, lo había oído otras veces, pero aquí está muy bien explicado.
ResponderEliminarFuiste greado por un propósito
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