martes, 7 de diciembre de 2010

#67: Precaución: la vida del apóstol es difícil si se vive mal.


A Dios le gusta valerse de:

  •  los más pequeños, 
  • los más pobres y 
  • los menos fuertes 

para que cumplan con sus planes divinos.  Dios se vale de los débiles para que nadie atribuya los bienes logrados a otro que no sea Él.  Por ejemplo, para la evangelización de América, Dios se valió de San Juan Diego, un indígena no un español, para que llevara el mensaje de la Virgen María al obispo.

Si Dios te pide algo no te asustes, ni tampoco te sientas engreído, seguro te eligió para que nadie dude, empezando por ti, de que suyo es el mérito.  La historia de la salvación es obra de Dios y nosotros somos indignos colaboradores.

La vida del apóstol es difícil si se vive mal. El apóstol es testigo de Dios. El apóstol predica lo que Dios le inspira y lo que Dios ha hecho en su vida.  Si el apóstol se olvida de rezar y se olvida de pedir ayuda a Dios en cada trabajo, entonces todo le comienza a salir mal, porque la obra es de Dios, no del apóstol. Recordemos a Jesucristo rezando. Cristo es el ejemplo a seguir para todo buen apóstol.

En la lectura de hoy tomada de un pasaje del libro de Jueces, nos encontramos a Gedeón, un granjero convertido en guerrero por petición de Dios, persiguiendo a los enemigos de Israel que lo superaban en número en una proporción de cincuenta a uno.  Quince mil soldados enemigos contra trescientos hombres mal aprovisionados.  Antes de leer te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para que te ilumine.

Persecución y derrota de Zébaj y Salmuná

4 Gedeón llegó hasta el Jordán y lo cruzó. El y los trescientos hombres que lo acompañaban estaban cansados y hambrientos.
5 Entonces dijo a la gente de Sucot: «Por favor, traigan un poco de pan para la tropa que me acompaña, porque están agotados de cansancio, y yo estoy persiguiendo a Zébaj y a Salmuná, reyes de Madián».
6 Pero los jefes de Sucot le respondieron: «¿Acaso tienes prisioneros a Zébaj y a Salmuná para que le demos pan a tu ejército?».
7 «Está bien, respondió Gedeón; cuando el Señor ponga en mis manos a Zébaj y a Salmuná, desgarraré la carne de ustedes con espinas y cardos del desierto».
8 De allí subió a Penuel y les hizo el mismo pedido. Pero la gente de Penuel le respondió lo mismo que la gente de Sucot.
9 Entonces Gedeón dijo a los de Penuel: «Cuando vuelva victorioso, derribaré esta torre».
10 Zébaj y Salmuná estaban en Carcor con su ejército. Eran unos quince mil hombres, es decir, todos los sobrevivientes del campamento de los Orientales. Los que habían caído eran ciento veinte mil armados de espada.
11 Gedeón subió por el camino de los nómadas, al este de Nóbaj y de Iogbohá, y derrotó al ejército, cuando ya se creían seguros.
12 Zébaj y Salmuná, reyes de Madián, trataron de huir, pero Gedeón los persiguió, los capturó a los dos y sembró el pánico en todo el ejército.[1]


Puntos de reflexión.
1. El apóstol sale a ganar almas para Dios con todas las desventajas.  Su única ventaja es Dios, pero sólo Dios basta para ganar, porque las almas tienen sed de Dios aunque no lo sepan.
2. El apóstol tiene que mendigar ayuda y muchas veces no la encuentra porque la gente pide pruebas.  Los mismos que piden pruebas también tienen sed de Dios, pero han dejado de buscar porque no quieren perder los privilegios que han ganado.
3. El camino de los nómadas es el camino de los que están en transición, el camino de los jóvenes. Los jóvenes constituyen un grupo social en donde los apóstoles pueden ganar muchas almas para Dios.

Pidamos a María que nos enseñe a ser buenos apóstoles dejándonos guiar por la mano amorosa de Dios.

Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Aquí se te aprecia y se te ama en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog. Que Dios te bendiga. Me encantaría saber que te deja esta reflexión. No te vayas sin dejar tus comentarios, tus propósitos, lo que quieras.


[1]   Jc,  8,  4-12

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