Tan pronto el árbitro dio el silbatazo final, los periodistas corrieron al encuentro de los jugadores para entrevistarlos. A Walter Ayoví, jugador de los tetra-campeones Rayados del Monterrey, le preguntaron a quién dedicaba su triunfo y contestó: "Le dedico este triunfo a Papá Dios."
Walter Ayoví demostró su calidad dentro y fuera de la cancha , porque es un jugador muy competente y sin embargo, es también un hombre humilde que sabe honrar al que merece ser honrado. Dios sabe hacer justicia y en su providencia permitió que el balón entrara tres veces en la portería de Santos para que Rayados se quedara con la Copa.
Para la reflexión de hoy vamos a leer un pasaje del libro de Jueces a través del cual Dios nos invita a celebrar su victoria. Te recomiendo que hagas una pausa para orar y pedir luz al Espíritu Santo.
Invitación a celebrar la victoria
9 Mi corazón está con los caudillos de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendigan al Señor!
10 Ustedes, los que cabalgan en asnas blancas, montados sobre tapices, y los que marchan por el camino, ¡atiendan bien!
11 ¡Escuchen a los arqueros junto a los pozos de agua! Allí se narran los actos de justicia del Señor, las gestas de su dominio en Israel, cuando el pueblo del Señor bajó a las Puertas.[1]Puntos de reflexión.
1. Las personas que nos sumamos al ejército de Dios para conquistar almas para Cristo estamos cerca de su corazón. No te quedes viendo sin hacer nada mientras otros trabajan por Dios.
2. Cada misionero católico tiene diferentes armas o talentos para luchar por Dios pero todos vamos en el mismo camino y luchamos por la misma causa. Busca tu lugar en las filas. Unos rezan , otros predican, y otros escribimos, pero todos queremos que más hombres abran su corazón a Dios y crean.
3. La victoria se celebra no por orgullo sino porque significa que ha prevalecido la justicia de Dios. El final de la guerra se celebra porque es el principio de la paz. Conviene dar crédito a Dios de nuestros éxitos para recordar que lo principal es la paz y la justicia divina. El propósito de ganar no es humillar al rival sino celebrar todos juntos la soberanía de Dios, su bondad y su poder. Ganar no te da derecho a lastimar al contrario. En los festejos y las muestras de júbilo siempre debe de prevalecer la caridad cristiana para que la paz sea duradera.
Pidamos a la Santísima Virgen, Reina de la Paz, que interceda por nosotros para que nos llenemos de alegría al ser testigos de las maravillas que Dios hace.
Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Aquí se te aprecia y se te ama en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog. Que Dios te bendiga. Me encantaría saber que te deja esta reflexión. No te vayas sin dejar tus comentarios, tus propósitos, lo que quieras.
[1] Jc, 5, 9-11
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