#111: Dios es Señor de la ciencia.

La ciencia anhela descubrir las recetas que Dios utilizó para crear el universo.  Dios no utilizó más receta que su voluntad. Dios no utilizó más ingredientes que su pensamiento.


Cuando un científico, auxiliado por un aparato, observa el macrocosmos o el microcosmos, encuentra billones de objetos en movimiento.  Estos objetos llámense galaxias o partículas subatómicas se mueven ordenadamente desafiando a la entropía.  No sólo se mueven sino que colaboran con otros objetos. Algunas formas de colaboración son tan sofisticadas que forman lo que llamamos vida.


La Creación no es una receta que depende de tiempo y energía. La Creación fue hecha por Dios por amor. Dios nos ama tanto que quiso crear todo un universo para nosotros y quiso vivir dentro de cada uno para que nunca estemos solos. Cada uno somos templos del Espíritu Santo.

Dios incinera la ofrenda de Elías

La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra el encuentro de Elías con Abdías. La cita es 1 Reyes 18, 1-15. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.


1. Mucho tiempo después, al tercer año, la palabra del Señor llegó a Elías, en estos términos: «Ve a presentarte a Ajab, y yo enviaré lluvia a la superficie del suelo»


Un verdadero apóstol trabaja por el bien de sus hermanos y sale a encontrarse con ellos para acercarlos a Dios, a pesar de que sus hermanos lo quieran muerto.  Dios quiere repartir sus bendiciones a través de sus apóstoles, para que a todos quede claro que las bendiciones llegan de Dios y solo a Él le debemos la vida, la dicha y la prosperidad.  Ningún artilugio de la ciencia es sustituto de las bendiciones de Dios.


2. –Abdías era muy temeroso del Señor, y cuando Jezabel perseguía a muerte a los profetas del Señor, él había recogido a cien de ellos, los había ocultado en dos cuevas, cincuenta en cada una, y los había provisto de pan y agua–.

El sacerdote es el único que puede consagrar el pan que da la vida y es el único que puede perdonar tus pecados para que puedas recibir ese pan.  Los esfuerzos que hagamos por conservar a nuestros sacerdotes son el servicio más grande que podemos hacer a la humanidad.  Hay que proteger a nuestros sacerdotes como el bien más preciado, como el patrimonio de la humanidad. No hay tecnología médica que pueda limpiar el alma ni alimentarla.

3. Pero él replicó: «¿Qué pecado he cometido para que pongas a tu servidor en manos de Ajab y él me haga morir?

El temor por perder la vida o el trabajo nos puede disuadir de hacer el bien.  Abdías sólo encontrará el agua que su rey le ordenó buscar si obedece a Dios. Nosotros también no debemos de dejarnos engañar.  Los bienes que queremos para nuestra familia vienen de Dios y no debemos de darle la espalda a la justicia ni hacernos de la vista gorda ante las injusticias.

4. Pero Elías replicó: «¡Por la vida del Señor de los ejércitos, a quien yo sirvo! Hoy mismo me presentaré a él»

Recordar siempre que a Dios servimos y a Dios daremos cuenta de nuestros actos.  Por lo tanto es importante aprovechar el tiempo que tenemos en esta breve vida para dar a conocer a Dios.  Mi tiempo y mi energía dedicarlos a crear vínculos de amor entre Dios y los hombres.

Pidamos a Nuestro Señor Jesucristo, en este día que recordamos su resurrección, un conciencia rectamente formada y un corazón abierto a nuestros hermanos, para nunca dejemos de hacer el bien que esté a nuestro alcance. Amen.