miércoles, 23 de marzo de 2011

#99: Palabras antes de morir.

Todo lo que quieras recomendar a tus seres queridos debes de comunicarlo en vida.  Una vez que pases por la muerte, tu espíritu seguirá adelante sin tu cuerpo y de ordinario no tendrás oportunidad de recomendarles ya nada, salvo que Dios disponga otra cosa.


Hay tres mensajes básicos que transmitir a tu familia y tus amigos:
1. Que los amas.
2. Que nunca los vas a dejar solos aunque te mueras.
3. Que esperas compartir con ellos la felicidad eterna.


El mensaje se debe de adaptar al receptor en cada caso y por ende puedes usar diferentes medios como:

  • Poemas y cartas,
  • Gestos y caricias,
  • Videos y grabaciones,
  • Reflexiones y pensamientos,
  • Detalles y palabras amables.

Todo esto está muy bien, pero cuando alguien te dice sinceramente que te ama, se te queda grabado para siempre. No descartes la oportunidad de tener una buena conversación con el corazón en la mano y sin tapujos.


La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que incluye las últimas recomendaciones de David a su hijo Salomón. La cita es 1 Reyes 2, 1-4. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.
1. Sé fuerte y compórtate como un hombre.  ¿A qué viene este consejo? ¿Acaso es un resquicio machista en la Sagrada Escritura?  Nada de eso.  David recomienda a su hijo dos cosas: la virtud de la fortaleza y el comportamiento digno de un ser humano.  La fortaleza es la virtud que nos mantiene firmes en el propósito de hacer el bien.  Si ambos tenemos fortaleza con más seguridad nos volveremos a saludar en el cielo.
2. Observa las prescripciones del Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, sus mandamientos, sus leyes y sus instrucciones.  David recomienda a su hijo la virtud de la obediencia.  Para obedecer a Dios debemos conocer y cumplir su voluntad.  Cristo nos salvó por su obediencia, hasta la muerte en cruz. Si ambos tenemos obediencia con más seguridad nos volveremos a saludar en el cielo.
3. El Señor mantendrá esta palabra que me ha dicho: Si tus hijos vigilan su conducta, caminando delante de mí con fidelidad, de todo corazón y con toda su alma, nunca te faltará un descendiente en el trono de Israel.  David recomienda a su hijo la virtud de la fidelidad.  Dios es fiel. Para ser fiel a Dios, el único Creador, hay que amarle plena y primordialmente, y hay que renunciar a otros dioses pues no son más que creaturas. Si ambos tenemos fidelidad con más seguridad nos volveremos a saludar en el cielo.


Pidamos a María Santísima, Puerta del cielo, que nos enseñe a imitar sus virtudes, en especial: su fortaleza mostrada en el viaje a Belén, su obediencia manifestada en la anunciación, y su fidelidad al pie de la cruz.


Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Te aprecio y te amo en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog.


Te agradecería si dejas tus comentarios o compartes esta reflexión con alguien que tú aprecies. Dios te bendiga.

No hay comentarios:

Publicar un comentario