domingo, 26 de junio de 2011

#126: No traiciones tu vocación.

La vocación es el llamado amoroso y específico que Dios te hace cada día.  Un llamado a vivir como hijo suyo y a servir al prójimo ahí donde Dios te quiere.


Existe la vocación universal a la santidad, pero también una vocación, una misión, un plan de vida único e irrepetible para cada uno de nosotros.  La creatividad de Dios no tiene límite.  El es el autor de hermosas y ejemplares vidas humanas.  Dios quiere hacer contigo también una obra maestra de su bondad.


Tu vida tiene sentido. No importa tu condición de vida. No existe vida humana descartable ni desechable.  Todos y cada uno estamos en la mente de Dios y El tiene para nosotros caminos en los que podamos vivir las virtudes de forma heroica. Haz de tu vida un reflejo de la obra de Dios en tu alma.


La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra la muerte de Atalía. La cita es 2 Reyes 11, 13-20. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.


1. Y al ver al rey de pie sobre el estrado, como era costumbre, a los jefes y las trompetas junto al rey, y a todo el pueblo del país que estaba de fiesta y tocaba las trompetas, rasgó sus vestiduras y gritó: «¡Traición!»


La reina Atalía no compartía la fe de su pueblo. El hijo de Ocozías fue ocultado durante 6 años en el templo, hasta que llegó el día para proclamarle rey. Su reinado era muy deseado por todos los que querían ser fieles a Dios y acabar con la idolatría en Judá.  La traición que acusa Atalía se le devuelve, porque ella traicionó primero el pacto que Dios hizo con David y con Moisés.  Este tema se repite muchas veces en la Biblia, porque es muy importante que entendamos que no debemos de tener otros dioses, además debemos de amar a Dios por sobre todas las cosas.


2. Iehoiadá selló la alianza entre el Señor, el rey y el pueblo, comprometiéndose este a ser el pueblo del Señor; y también selló una alianza entre el rey y el pueblo.


El sacerdote Iehoiadá ungió al nuevo rey y consagró a todo el pueblo para el verdadero Dios.  Así el pueblo de Judá renueva su alianza y su propósito de ser fieles al único Dios.  Probablemente tus padres te bautizaron y te consagraron así a Dios, pero es muy importante que renueves este propósito.  Te recomiendo que al menos una vez por año participes en ejercicios espirituales para que te renueves y cortes de raíz con todo lo que te aleja de Dios.


3. Toda la gente del país se alegró y la ciudad permaneció en calma. 


Después de cerrar los lugares en los que se ofendía a Dios diariamente, el pueblo de Judá tuvo paz y alegría. No te engañes pensando que una ciudad moderna o avanzada es la que ofrece todo tipo de instituciones y alternativas de dudosa moral.  El verdadero progreso para el hombre se da tanto y cuanto la sociedad avanza hacia su cristianización.  El ideal es una sociedad que refleje en sus instituciones y en su convivencia diaria la bondad de Dios.


Pidamos a María Santísima, Madre de bondad, que nos enseñe a ser fieles a nuestra condición de hijos de Dios, para que viviendo nuestra vocación podamos descubrir las maravillas que Dios pensó para nosotros desde la eternidad. Amén.

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