miércoles, 11 de enero de 2012

#154: Para discernir lo correcto

En la vida aprendemos a tomar decisiones en base a la experiencia personal y al conocimiento adquirido; pero ni toda la experiencia ni todo el conocimiento, que una persona puede acumular sin olvidar, alcanza para decidir lo mejor en todas las situaciones que la vida nos presenta.  Por lo tanto, es necesario tener una brújula ética y moral que nos indique la mejor decisión en cada momento.


Esta guía la podemos encontrar en la fe. En la medida en la que conozcamos y vivamos de acuerdo a nuestra fe podremos discernir lo correcto, el mejor rumbo y la mejor decisión para nuestras vidas.  Por el contrario, si llevamos una vida en la que prevalecen en nuestros actos los pecados capitales entonces perderemos la claridad necesaria para mantenernos en el buen camino.


La rectitud es una virtud que nos lleva a caminar por el camino angosto de Dios, sin desviarnos ni a la derecha ni a la izquierda, cumpliendo los mandamientos de forma exacta y perfecta.  La rectitud nos protege de las falacias y de los engaños del mundo.  La rectitud aumenta nuestra capacidad de amar y la purifica.


La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra una exhortación de Isaías hacia la vida recta. La cita es Isaías 56, 1-12. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.



1. La vida temporal pasa pronto.

Así habla el Señor: Observen el derecho y practiquen la justicia, porque muy pronto llegará mi salvación y ya está por revelarse mi justicia. (Is. 56,1)

Empieza a retomar el camino de Cristo hoy, no lo dejes para mañana. Nunca sabes cuanto tiempo te queda de vida.  No pienses en lo que dejas sino en lo que ganas, y mantén de ahora en adelante la mirada en Dios, para que no tropieces de nuevo.

2. La vida feliz y la vida recta van de la mano.

¡Feliz el hombre que cumple estos preceptos y el mortal que se mantiene firme en ellos, observando el sábado sin profanarlo y preservando su mano de toda mala acción! (Is. 56,2)

No te sientas exento ni excluido. La salvación es para todos sin distinción de: raza, sexo, nacionalidad, religión o condición de vida.  La salvación es para todos sin importar tu pasado.  Lo que importa es que hoy quieras creer en Cristo y vivir según los mandamientos de Dios.

3 Sigue a Cristo y sabrás discernir lo correcto.

Esos perros voraces nunca terminan de saciarse, ¡y ellos son los pastores! No saben discernir, cada uno toma por su camino, todos, hasta el último, detrás de su ganancia. (Is. 56,11)




Cristo nos mostró el único camino que lleva al Padre.  Cristo resucitó y ascendió al cielo, pero nos dejó a su Iglesia fundada con el Espíritu Santo sobre los Apóstoles en Pentecostés, y a través de ella podemos recibir el perdón de nuestros pecados en la Confesión y recibirlo a Él mismo en la Eucaristía.


Petición final.


Pidamos a María Santísima, Madre purísima, que por su intercesión podamos aprender prontamente a vivir con rectitud y renunciar al estilo de vida pagano, para que caminando por la fe encontremos siempre el mejor modo de proceder en cada situación de cara a nuestra salvación eterna. Por Jesucristo Nuestro Señor y Salvador. Amén.

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