lunes, 9 de enero de 2012

#153: El buen uso del dinero

El dinero no se come ni te ofrece abrigo. El dinero no sacia ni te da la felicidad. El dinero no te ofrece descanso ni consuelo duradero.  El dinero sirve como medio de intercambio.


¿Cómo usas tu dinero? 
¿A cambio de qué lo entregas? 
¿Aquello que recibes te ayuda, o al contrario, te ensucia el alma?


Hoy en día podemos comprar con el dinero que tenemos y también, a través del crédito, con el dinero que esperamos recibir en el futuro.  Las personas compramos cosas por necesidad, pero también por temor, por placer y por envidia.  


Un alma pura sabe hacer buen uso del dinero y lo pone al servicio del bien, pensando no solo en si misma sino también en su familia y en el prójimo más necesitado.  Un alma infiel pronto se endeuda y el placer de lo que compró pronto pasa, pero la carga financiera permanece por mucho tiempo.


La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra una exhortación de Isaías hacia la conversión. La cita es Isaías 55, 1-13. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.


1. Procura con tu dinero el pan de cada día y con lo que sobre haz el bien.


¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares. (Is. 55,2)

Tendrás mucho provecho espiritual si eliges pasar tu tiempo libre más con Dios y menos en las tiendas o en Internet comprando cosas y servicios. El dinero te rendirá mejor. Vivirás con más paz. Te endeudarás menos. Tendrás menos estrés y tendrás menos cosas que limpiar, ordenar, componer y mantener.

2. Tu corazón y tu cartera están sincronizados.

Que el malvado abandone su camino y el hombre perverso, sus pensamientos; que vuelva el Señor, y él le tendrá compasión, a nuestro Dios, que es generoso en perdonar. (Is. 55, 7)

Si observas tus hábitos de consumo te conocerás mejor. Piensa en lo que Dios te ha dado, y haz buen uso de tu dinero.  No uses tu dinero para pecar ni para alejarte de Dios con diversiones paganas. Piensa en tantos pobres que pasan hambre y frío. Sé generoso con los demás como Dios lo ha sido contigo.

3. Aprovecha la vida para conocer y meditar la Palabra de Dios.

así sucede con la palabra que sale de mi boca: ella no vuelve a mí estéril, sino que realiza todo lo que yo quiero y cumple la misión que yo le encomendé. (Is. 55, 11)

Deja que la Palabra de Dios te bañe el alma para que puedas dar fruto y que tu fruto maduro endulce tu propia vida y la de tu prójimo. Si aún no la tienes compra una biblia católica y lee un poco cada día.




Petición final


Pidamos a María Santísima, casa de oro, que podamos encontrar el verdadero tesoro en la cercanía y la amistad con su Hijo Jesucristo, para que libres de la avaricia y de los vicios relacionados con el dinero podamos vivir en paz nuestros días. Amén.

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