jueves, 13 de enero de 2011

#80: ¿Cómo recuperar las cosas extraviadas?

Nuestras cosas se pierden porque vivimos distraídos.  Pasamos los días envueltos en nuestra rutina diaria, pensando en lo que nos falta, y atentos a lo que nos entretiene.  La risa parece ser lo único que rompe la rutina, pero es una ilusión momentánea, porque tan pronto terminamos de reír regresamos a la rutina más apurados por el tiempo perdido.


Dios en su infinita sabiduría y providencia sabe cómo llamarnos, sabe cómo hacer que le pongamos atención.  De todo lo que podamos haber perdido por distraídos, lo más importante es recuperar el camino.  Me refiero al camino que nos lleva a la unión plena con el Sagrado Corazón de Dios.


Cuando algo se nos pierde, nos recriminamos: "¿En dónde tengo la cabeza?"  La pregunta está errada.  Más bien debo preguntarme: "¿En dónde tengo el corazón?"  


Si tu corazón ama la vida ordenada, cada cosa estará en su lugar. Si tu corazón está en el entretenimiento, ni siquiera el control remoto de la televisión estará exento de perderse.


Hagamos una pausa para reflexionar la Sagrada Escritura y enriquecer el tema. La cita es 1 Samuel 9, 1-10. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión.
1. Para recuperar algo valioso e importante, lo primero que necesitas es la disposición de hacerlo.  Mira como Dios se vale de muchos recursos para encontrarse contigo, para recuperarte para Él.  El puede utilizar a tus padres, a tus amigos, e incluso a extraños.  Te quita de tu comodidad, te permite sufrir un poquito y luego te sorprende con su infinito amor. ¡Wow!
2. Para recuperar algo valioso e importante, busca un hombre de Dios que te guíe.  Todos necesitamos un guía espiritual.  Mañana tengo dirección espiritual con un sacerdote.  El mensaje que me espera será similar al mensaje que recibió Saúl en el siguiente capítulo del primer libro de Samuel.  Saúl fue elegido para ser el primer Rey de Israel. Cada uno de nosotros estamos llamados a ser reyes de nuestra persona y servidores de los demás.  A no dejarnos dominar por nuestras pasiones, sino a ser señores y no mas esclavos.
3. Para recuperar algo valioso e importante, es necesario desprenderse de corazón de los bienes temporales y confiar en Dios.  La angustia por la comida, el dinero, la salud y las demás necesidades es ruido para la vida interior.  La libertad interior y la paz son los frutos que el Espíritu regala al alma que pone su seguridad en el Creador de todas las cosas.


Pidamos a María Santísima, Madre de la Iglesia, que nos enseñe a encontrar siempre el camino de regreso a Dios.


Gracias por hacer esta reflexión conmigo. Te aprecio y te amo en Jesucristo. Tú eres el motivo de mi blog.


Dios te bendiga.


Me encantaría saber que te deja esta reflexión. No te vayas sin dejar tus comentarios, tus propósitos, lo que quieras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario