jueves, 3 de enero de 2013

#181: Remedio a la soledad


Nunca estamos realmente solos porque somos miembros de la Iglesia. Dios vive en tu corazón. Tu ángel de la guarda te acompaña. Los santos interceden por ti, y tus antepasados siguen con interés especial tu camino por la vida temporal.

Para poner remedio a la soledad hay que salir al encuentro del prójimo y remediar su soledad, pues dando compañía a otro la recibes tú también. Si haces el bien aceptarán tu compañía.

Esta reflexión está basada en el capítulo 52 del libro del profeta Jeremías. Te recomiendo que pidas luz al Espíritu Santo antes de continuar con la reflexión.

Puntos de reflexión

1. Sé oveja de Dios.

El hizo lo que es malo a los ojos del Señor, tal como lo había hecho Joaquím. (Jer. 52,2)

Si andas como oveja extraviada pocos te seguirán. Encontrarás gente en ambientes extraños a tu parroquia, pero no andarán contigo sino extraviadas igual que tú; desconfiadas y temerosas, escondiendo su temor detrás de una fachada de popularidad, optimismo, anonimidad o prepotencia. Las ovejas en el redil, en cambio, viven serenas y satisfechas, acompañadas unas de otras y protegidas por Jesucristo, el buen pastor.

2. Sé auténtico cristiano.

Esto sucedió en Jerusalén y en Judá a causa de la ira del Señor, hasta que al fin, él los arrojó lejos de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. (Jer. 52, 3)

Los revolucionarios son excéntricos y los excéntricos son solitarios. Ser auténtico es mejor que ser original o revolucionario, porque una persona auténtica resulta familiar para los demás y confiable, mientras que el original provoca rechazo en la primera impresión.  Si no te importa lo que piensen de ti, serás excéntrico y por definición alejado del centro, del círculo social, relativamente solitario. Tu mejor sé un auténtico cristiano y nunca estarás solo.

3. Sé coherente con tu integridad moral.

Las tropas de los caldeos persiguieron al rey, y alcanzaron a Sedecías en las estepas de Jericó, donde se desbandó todo su ejército, dejándolo solo. (Jer. 52,8)

El verdadero líder es una persona moralmente íntegra.  Las personas lo siguen por su calidad humana y no por los bienes materiales que tiene. Los rebeldes ricos y poderosos tienen seguidores mientras pueden conservar su poder, pero al verse despojados de poder se quedan solos y mueren. Cristo en cambio fue pobre y perfecto, sus seguidores se cuentan en cientos de millones y cada vez más gente lo sigue de generación en generación.

Petición final

Madre Santísima, Madre Admirable, dirige tu mirada a tus hijos esparcidos por el mundo y reúnelos en torno a tu Hijo para que reine la fe, reine la paz y reine el amor. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo Nuestro Rey y único Salvador. Amén.

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