En Dios encuentro mi verdadero descanso.
De Él recibo la
brisa refrescante y
en Él contemplo la vista espectacular que me cautiva.
Dios alegra la convivencia familiar en vacaciones y
nos
mantiene unidos en todo este viaje que es la vida.
Con Dios está asegurado,
que el
destino será inmejorable y
que la habitación está bien reservada para
nosotros.
Con Dios todo está incluido,
y Él sólo me basta.
Esta reflexión está basada en el capítulo 13 del libro del
profeta Oseas. Te invito a que pidas
conmigo la luz del Espíritu Santo, deseando que te aprovechen estas líneas para tu
propia santificación.
Puntos de reflexión
1. Busca primero a Dios
Pero yo soy el Señor,
tu Dios, desde el país de Egipto: no conoces a otro Dios más que a mí, y fuera
de mí no hay salvador. (Oseas 13,4)
Busca primero a Dios antes que al placer o al
entretenimiento.
Quedarás pleno,
con el corazón lleno de amor y
las manos
llenas de cosas buenas para compartir.
2. Acércate con
confianza a tu Padre celestial
Yo te conocí en el
desierto, en la tierra de la aridez. (Oseas 13,5)
No es necesario que te presentes, pues Dios ya te conoce. El
es tu Padre celestial y te conoce íntimamente.
Dios te ama y es testigo de cada instante de tu vida. Dios te regala
alegrías y bendiciones conforme se las pides y las vas necesitando.
3. Acuérdate de darle
las gracias a Dios por todo
Al llegar a sus campos
de pastoreo, ellos se saciaron; y una vez saciados, se enorgulleció su corazón;
por eso se olvidaron de mí. (Oseas 13,6)
Reconoce humildemente que Dios es la fuente de todo lo que
te aprovecha.
Sin Dios nada puedes que valga o trascienda.
En estas vacaciones te deseo que vayas y regreses con Dios
en tu corazón.
Petición final
Madre Santísima, acompáñanos en este viaje. Que así como tú
viajaste siempre con Jesús, así nosotros también lo llevemos a todas partes. Te lo
pedimos por tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor y Salvador. Amén.
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