Tantas canciones, tantas imágenes y tantas ideas que hemos
absorbido involuntariamente por estar expuestos a los medios de comunicación
masivos y la publicidad. Muchas de éstas
son contrarias al ideal de vida cristiano.
Por eso el cristiano hace bien en recoger sus sentidos para
enfocarse en lo bueno.
Tantas modas y costumbres paganas se han absorbido en la
cultura y se nos presentan como deseables, liberadoras y plenas cuando en
realidad son superficiales, agotadoras y carentes de trascendencia.
Por eso el cristiano hace bien en vivir contra corriente y
dar testimonio de autenticidad cristiana.
Tantas cosas se nos ofrecen como esenciales para mejorar
nuestro nivel de vida, al grado que, de ser simples medios estas cosas se convierten en fines,
y nosotros somos sus cuidadores, cargadores y promotores. Las compramos a
crédito y trabajamos para pagarlas en abonos.
Por eso el cristiano hace bien en buscar el silencio y la
oración porque lo único esencial es la unión con Dios.
Esta reflexión está basada en el capítulo 44 del libro del
profeta Ezequiel. Te recomiendo pedir ayuda al Espíritu Santo para que te
ilumine durante esta reflexión y todo el resto de tu día.
Puntos de reflexión
1. Procura la modestia
No se raparán la
cabeza ni dejarán crecer libremente sus cabellos, sino que se cortarán los
cabellos cuidadosamente. (Ez. 44,20)
La vanidad te va a sugerir que te pongas tatuajes, te hagas
orificios en la piel, te dejes largo o rapo el cabello y que modifiques tu
cuerpo con cirugías. Estas son
sugerencias del demonio para que le sirvas mejor a sus propósitos. Si tu
prójimo exhibe estos comportamientos probablemente está alejado de Dios y
necesita de tu predicación y de tu oración de intercesión.
La modestia en cambio te va a sugerir que te vistas con
decoro y con higiene y que cuides tu salud como templo del Espíritu Santo. La modestia te enseña a ver a los demás no como objetos, sino como hijos de Dios, que merecen un trato digno, bondadoso y misericordioso de tu parte.
2. Busca el consejo
espiritual del sacerdote
Los sacerdotes instruirán
a mi pueblo sobre la diferencia entre lo sagrado y lo profano, y le enseñarán a
distinguir lo puro de lo impuro. (Ez. 44,23)
A tu alcance está siempre lo profano y lo sagrado. El camino al cielo es estrecho; son pocas
cosas sagradas y muchas profanas. Aprende a gustar de lo sagrado y ten lo
profano por desecho. Pide ayuda a un sacerdote para saberlas diferenciar.
3. Aliméntate con la
Eucaristía
Ellos se alimentarán
con la oblación y con las víctimas del sacrificio por el pecado y del
sacrificio de reparación. Todo lo dedicado al Señor en Israel, será para ellos.
(Ez. 44,29)
La Eucaristía es Dios mismo hecho alimento para darte la
vida en el Espíritu. El alimento que va
a energizar tu espíritu y polarizar tu vida hacia lo bueno para que alcances la
unión con Dios en plenitud y la felicidad ya desde ahora en la vida temporal.
Petición final
Madre Santísima, Vaso de insigne devoción, te imploramos que
ruegues por tus hijos, que aunque regocijados por la resurrección de tu Hijo
Jesús, vivimos bombardeados y confundidos por tanta falsedad y pobreza de visión.
Muéstranos lo que debemos creer, lo que debemos valorar y por dónde debemos
caminar, para llegar sin error a donde tú estás gozando de la presencia divina
de la Santísima Trinidad. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Redentor. Amén.
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