domingo, 20 de mayo de 2012

#163: Recomendación para que te vaya bien

Los seres humanos estamos en movimiento porque somos creaturas imperfectas.  Si fuésemos perfectos no tendríamos necesidad de movernos.

 En este ir y venir corremos el riesgo de alejarnos de la perfección, distraernos o incluso perder el rumbo, pero siempre tenemos en el horizonte de nuestra vida temporal una referencia segura, a la que podemos consultar, para recuperar el camino. Dios es la referencia inmutable.

Dios es:
  • el compás,
  • el mapa,
  • el guía,
  • el dueño del camino,
  • el dueño de mi vida y
  • el creador de todo lo que percibo.
¿Quién mejor que Él que me conoce mejor que yo mismo me conozco, para indicarme el rumbo que me conviene seguir? Confía en Dios y en su Palabra.

La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra una exhortación de Jeremías para abandonar la idolatría y las costumbres paganas. La cita es Jeremías 7, 1-34. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.

Puntos de reflexión.

1. Recupera el rumbo
Párate a la puerta de la Casa del Señor, y proclama allí esta palabra. Tú dirás: Escuchen la palabra del Señor, todos ustedes, hombres de Judá que entran por estas puertas para postrarse delante del Señor. (Jer. 7,2)
Entre más alejado estés del camino, más grande es el recurso que necesitas para volver. Aunque Dios siempre está íntimamente cercano a ti, tú no siempre estas enfocado en Él.  Un retiro espiritual de tres días te puede ayudar a hacer un alto en el camino para reflexionar y retomar el rumbo.
2.  Sigue viviendo, pero de mejor manera
Así habla el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: Enmienden su conducta y sus acciones, y yo haré que ustedes habiten en este lugar. (Jer. 7,3)
Compara tu conducta con la de la Santísima Virgen María.  Ella es el modelo a seguir para todo cristiano. No te compares con el vecino, ni con otras personas aunque las admires.  Si buscas la perfección imita la vida de santidad de nuestra Madre del cielo. Invita a Dios a vivir en tu seno y deja que su calor crezca y te transforme en bondad y virtud.

3. Principio de reciprocidad
Esta fue la orden que les di: Escuchen mi voz, así yo seré su Dios y ustedes serán mi Pueblo; sigan por el camino que yo les ordeno, a fin de que les vaya bien.
En la relación con Dios hay un principio de reciprocidad: Obedezco y me va bien. Aún y cuando no merezco pues sólo he hecho lo que me corresponde, Dios me cuida y provee para que no me falte la gracia para continuar.

 Me podrás reclamar: "Oye, pero a veces no te va bien." Y yo te contestaría con sinceridad: "Ahh, es que a veces no obedezco, es más ni siquiera pregunto y cómo voy a obedecer si desconozco la Ley."

Por eso es importante conocer la Palabra de Dios para después hacerla vida, y que te vaya bien.

Petición final

Madre Santísima, bendita y bienaventurada, enséñanos a ser buenos hijos tuyos y a imitar tus virtudes. Purifica nuestra memoria. Encamina nuestra imaginación y anhelos hacia el Sagrado Corazón de Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro. Inclina nuestra naturaleza hacia el bien y convierte nuestros corazones en repositorios de la gracia santificante, a fin de que unidos a ti podamos alabar a Dios desde hoy y para siempre. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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