La antropología es el estudio del ser humano y las sociedades humanas. El ser humano es un misterio de naturaleza híbrida, animal racional, espíritu encarnado, cuerpo dotado de inteligencia. Por otra parte el infierno se nos presenta desde la primera vez que escuchamos hablar de él como un lugar al que no conviene ir, un sitio en el que no queremos estar. ¿Qué podemos aprender de nosotros mismos al contemplar el infierno?
Capítulo 18 del Libro de Job
1 Bildad de Súaj respondió, diciendo:
2 ¿Hasta cuándo nos impedirás hablar? Reflexiona, y luego hablaremos.
3 ¿Por qué seremos tenidos por animales y pasaremos por torpes ante tus ojos?
4 Tú, que te desgarras en tu enojo: ¿acaso la tierra quedará desierta por tu causa o la roca será removida de su sitio?
5 Sí, la luz del malvado se extingue y la llama de su fuego no brilla más.
6 La luz se oscurece en su carpa y su lámpara se apaga sobre él.
7 Se acortan sus pasos vigorosos, su propio designio lo hace tropezar.
8 Porque sus pies lo meten en una trampa y va caminando entre redes:
9 un lazo le aprisiona el talón y un cepo se cierra sobre él.
10 Lo espera una cuerda oculta en el suelo y una trampa tendida sobre el camino.
11 Lo asaltan terrores por todas partes y lo amenazan a cada paso.
12 Su vigor se convierte en hambre y la ruina permanece a su lado;
13 la enfermedad corroe su piel, el Primogénito de la Muerte devora sus miembros.
14 Lo arrancan de la seguridad de su carpa y lo llevan ante el Rey de los terrores.
15 El fuego se instala en su carpa y se esparce azufre sobre su morada.
16 Por debajo se secan sus raíces y por arriba se marchita su ramaje.
17 Su recuerdo desaparece de la tierra y se borra su nombre en la región.
18 Lo arrojan de la luz a las tinieblas y lo arrastran fuera del mundo.
19 No tiene estirpe ni posteridad en su pueblo, no quedan sobrevivientes donde él habitaba.
20 El Occidente se estremece por su destino y el Oriente es presa del horror.
21 Sí, tales son las moradas del injusto, este es el lugar del que no conoce a Dios.
Puntos de reflexión.
1. Dios no se muda. Dice Bildad: ¿acaso... la roca será removida de su sitio? (Jb 18,4) La roca es Cristo. No hay plan malévolo por más inteligente y bien ejecutado que pueda más que la supremacía de Cristo. El ser humano existe en un universo en donde Cristo es el Rey y no hay frontera, ni material o espiritual, en donde el poder de Cristo pueda ser eludido. Todo el cosmos está sometido a Cristo.
2. El ser humano es libre mientras está vivo en este mundo, pero esta libertad está acotada de tal suerte que se le presentan innumerables obstáculos. Si el ser humano se afana por cumplir la voluntad de Dios, los obstáculos caen a sus pies y los supera con la gracia de Dios. Si el ser humano se enfoca en sus propios planes cae ante las tentaciones y pierde motivación ya sea que logre o que no logre lo que se propone, porque sus ambiciones carecen de sentido si no lo llevan a Dios.
3. El ser humano teme, todo el tiempo teme y busca sobrevivir. Preferible es el temor a Dios, principio de la sabiduría (Prov 1,7), que el temor a todo lo demás, ya que el temor a todo lo demás genera angustia y ansiedad, mientras que el temor a Dios es fuente de entusiasmo ya que Dios es amor. (1 Jn 4,8)
4. Vigor, salud, miembros, casa, temperatura adecuada, aroma agradable, tradiciones, gracia, frutos, memoria, trascendencia, reputación, luz, creatividad, comunión, descendencia, comunidad, optimismo y justicia. Todas estas cosas deseables para el ser humano se pierden en el infierno. El infierno es un lugar inadecuado para el ser humano en todos los niveles de sus necesidades físicas y espirituales. El infierno es el lugar de sufrimiento que nunca termina, sufrimiento en todos los niveles. No hagamos de nuestra vida un infierno, tampoco apuntemos nuestra vida hacia el infierno. Mejor sigamos el consejo de Bildad y busquemos a partir de hoy conocer mejor a Dios.
Hoy que es día de San Juan Bautista, precursor de Jesucristo, conviene recordar su exhortación: "Produzcan el fruto de una sincera conversión" (Mt 3,8)
Cómo oración final podemos recitar esta oración atribuida a San Luis Gonzaga y dirigida a la Santísima Virgen María, excelente benchmark antropológico:
"Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A Ti celestial princesa, Virgen Sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Amén."
Que la gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén. (Ap 22,21)
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