viernes, 20 de junio de 2025

#241 La soledad y el dolor.

Introducción

El Libro de Job aborda el problema del sufrimiento, especialmente cuando afecta a los inocentes. Job, un hombre justo, se enfrenta a inmensas pérdidas y dolor, lo que le lleva a cuestionar la justicia de Dios y el significado de su sufrimiento. El capítulo 17 refleja la desesperación de Job, su sensación de abandono y su anhelo de vindicación. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de continuar. Ven Espíritu Santo...

Lectio

Capítulo 17 del Libro de Job

1 ¡Se me ha agotado el aliento, se han extinguido mis días, sólo me queda el sepulcro!

2 ¿No soy acaso el blanco de las burlas y no me desvelan sus provocaciones?

3 Deposita junto a ti una fianza a mi favor: si no, ¿quién estrechará mi mano?

4 Tú cerraste su corazón al discernimiento; por eso, no los dejarás triunfar.

5 ¡Se anuncia el reparto a los amigos, mientras los ojos de los hijos desfallecen!

6 Me has convertido en burla de la gente, soy como alguien a quien se escupe en la cara.

7 Mis ojos se debilitan por la tristeza y todos mis miembros son como la sombra.

8 Los hombres rectos quedan consternados por esto, y el inocente se indigna contra el impío.

9 Pero el justo se afianza en su camino y el de manos puras redobla su energía.

10 ¡Vengan todos ustedes, vengan otra vez: no encontraré un solo sabio entre ustedes!

11 Han pasado mis días, se han deshecho mis planes y las aspiraciones de mi corazón.

12 Ellos cambian la noche en día: «La luz, dicen, está cerca de las tinieblas».

13 ¿Qué puedo esperar? El Abismo es mi morada, en las tinieblas extendí mi lecho.

14 Yo grito a la Fosa: «¡Tú eres mi padre!», y los gusanos: «¡Mi madre y mis hermanos!».

15 ¿Dónde está entonces mi esperanza? Y mi felicidad, ¿quién la verá?

16 ¿Bajarán conmigo al Abismo? ¿Nos hundiremos juntos en el polvo?

Meditatio

1. Desesperación y desesperanza: Job se siente al borde de la tumba, tanto física como espiritualmente. Sus días están contados y su espíritu está roto. Reflexiona sobre los momentos de tu vida en los que te has sentido abrumado por la desesperación. ¿Cómo respondiste?

2. Mofa y provocación: Job está rodeado de gente que se burla de él y lo provoca, lo que aumenta su sufrimiento. Considera cómo las acciones o palabras de los demás pueden exacerbar el dolor de alguien. ¿Cómo puedes ofrecer consuelo en lugar de provocación?

3. Anhelo de vindicación: Job busca a alguien que dé fianza por él, alguien que testifique su inocencia. Piensa en tus propios anhelos de justicia y vindicación. ¿Cómo buscas estas cosas?

4. Pérdida de esperanza: Job se siente abandonado por Dios, y su esperanza disminuye. Reflexiona sobre la importancia de la esperanza en tiempos de sufrimiento. ¿Cómo puedes mantener la esperanza cuando te enfrentas a la oscuridad?

5. Relación con la muerte: Job contempla la muerte como un lugar de oscuridad y desesperación. Considera tu propia visión de la muerte. ¿Cómo influye tu fe en tu perspectiva?
 
Oratio

Reza a Dios con las reflexiones y emociones que han surgido durante la lectio y la meditatio. Puedes utilizar las siguientes indicaciones para guiar tu oración:

1. Confesión: Reconoce ante Dios tus momentos de desesperación y desesperanza. Pídele perdón por cualquier momento en el que hayas perdido la fe.

2. Petición: Pídele a Dios que te dé esperanza y fortaleza en medio del sufrimiento. Pídele que te ayude a verle incluso en los momentos más oscuros.

3. Intercesión: Reza por los que sufren, los que están de luto y los que se sienten abandonados. Pídele a Dios que les lleve consuelo y esperanza.

4. Agradecimiento: Agradece a Dios su presencia constante, incluso cuando no la sientas. Agradécele las promesas de vindicación y vida eterna.

Ejemplo de oración personal que puedes hacer resumiendo estos puntos: Dios misericordioso, como Job, a veces me siento quebrantado y desesperado. El sufrimiento me rodea, y me resulta difícil ver tu mano en mi vida. Perdóname por mis momentos de duda y desesperación. Te pido que me des esperanza y fortaleza para perseverar en medio de mis pruebas. Ayúdame a ver tu presencia incluso en los momentos más oscuros y a confiar en tus promesas de vindicación y vida eterna. Te pido por todos los que sufren, los que están de luto y los que se sienten abandonados. Que encuentren consuelo y esperanza en ti. Gracias por tu presencia constante y por tu amor inquebrantable. Amén.

Contemplatio

Pasa un tiempo en silencio con Dios, permitiéndole que te hable al corazón. Reflexiona sobre las siguientes preguntas y si prefieres anota tus respuestas en un diario o agenda que puedas volver a revisar en el balance diario o semanal.

1. ¿Qué te está diciendo Dios a través de este pasaje de las Sagradas Escrituras?

2. ¿Cómo puedes aplicar las enseñanzas de este pasaje a tu vida?

3. ¿Qué cambios necesitas hacer en tu forma de pensar o de actuar?

Actio

Como respuesta a tu lectio divina, comprométete a una acción concreta que refleje lo que has aprendido:

1. Ofrece consuelo: Ponte en contacto con alguien que esté sufriendo y ofrécele una palabra de ánimo o un acto de bondad.

2. Cultiva la esperanza: Dedica tiempo cada día a rezar y reflexionar sobre las promesas de Dios.

3. Busca la justicia: Defiende a los oprimidos y trabaja por la justicia en tu comunidad. Ayuda a personas concretas con nombre y apellido.

4. Abraza la fe: Confía en el plan de Dios para tu vida, incluso cuando no lo entiendas.

Petición final

Virgen María Santísima, Nuestra Señora de la Soledad, tú que experimentaste la soledad y el dolor después de la crucifixión de Jesús, especialmente el Sábado Santo. El luto por la muerte de tu Hijo meditando sobre los misterios de la Redención. En tu soledad, Madre Santísima, encarnaste una esperanza silenciosa y profunda. Confiaste en la promesa de la Resurrección y nos ofreciste un ejemplo de paciencia y fe en tiempos de oscuridad. Tu soledad fue también una invitación a acompañarte en tu dolor, encontrando consuelo y esperanza en la oración y la contemplación de tu profundo sufrimiento e inquebrantable esperanza. Sabemos Madre que tú comprendes el dolor humano y que intercedes ante Dios por tus hijos. Eres un faro de esperanza en medio de la oscuridad, invitándonos a confiar en el amor y la misericordia de Dios, incluso en los momentos más difíciles. No nos abandones Madre nuestra, ni en la vida ni en la muerte.  Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.

Que la gracia del Señor Jesús permanezca con todos. Amén. (Ap 22,21)

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