La reflexión de hoy está basada en el capítulo 22 del libro del profeta Jeremías. Antes de continuar te invito a decir conmigo: “¡Ven Espíritu Santo!”
Dios quiere que tengas éxito y que seas feliz.
¿Cuál de los siguientes enunciados representa éxito en la vida?
- El éxito en la vida se logra mediante la acumulación de riquezas.
- El éxito en la vida se logra mediante la popularidad y la fama.
- El éxito en la vida se logra mediante la acumulación de poder.
- Todos los anteriores.
- Ninguno de los anteriores.
La respuesta correcta es la número cinco. El éxito en la vida se logra mediante el cumplimiento de la voluntad de Dios. De cara a la eternidad, lo único que vale la pena acumular son buenas obras. Todo lo demás que pudiera parecer éxito, en verdad es efímero, intrascendente y banal.
Si sigues por este camino al verdadero éxito, aprenderás a reconocer en cada talento personal una oportunidad de servir, y en cada uno de tus prójimos, una persona necesitada de Dios. Tú puedes llevar a Dios a las personas si lo llevas dentro de ti.
Puntos de reflexión.
1. Has el bien a todos.
Así habla el Señor: Practiquen el derecho y la justicia; libren al explotado de la mano del opresor; no maltraten ni hagan violencia al extranjero, al huérfano y a la viuda; no derramen sangre inocente en este lugar. (Jer. 22, 3)
Mira que no basta con ser respetuoso; no basta con no hacerle mal a nadie, sino que hace falta hacer el bien. Pon en práctica las virtudes teologales y las cardinales para beneficio del prójimo.
Todos podemos hacer el bien, porque el mayor bien que podemos hacer por los demás es interceder por ellos, pidiendo para ellos las bendiciones de Dios. Un vaso de agua tiene desde luego su recompensa, pero cuánto más una oración por el bien de esa persona necesitada.
2. Sirve a los pobres.
¿Eres acaso rey porque ostentas la mejor madera de cedro? ¿Acaso tu padre no comía y bebía? Pero también practicaba el derecho y la justicia, y entonces todo lo iba bien. El juzgaba la causa del pobre y del indigente, y entonces todo le iba bien. ¿No es eso conocerme? –oráculo del Señor–. (Jer. 22, 15-16)
Mira que el éxito en la vida no consiste en tener mucha servidumbre que cumpla todos tus deseos, sino al contrario, tener a muchos pobres a quien servir. Como dice el Evangelio, “los últimos serán los primeros” (Ver Mc. 10,31), y más adelante dice: “el que quiera ser el primero, que se haga servidor de todos.” (Ver Mc. 10,44)
3. Procura el silencio.
Yo te hablé cuando estabas tranquila, pero tú dijiste: «¡No escucharé!». Este ha sido tu camino desde tu juventud: nunca has escuchado mi voz. (Jer. 22,21)
Mira que Dios habla en el silencio. Si quieres tener éxito en la vida debes de conocer la voluntad de Dios cada día y cumplirla. Procura el silencio para escuchar a Dios. No me refiero a desconectar la música y poner la mente en blanco, sino a poner la mente en Dios y unir tu corazón al suyo.
A tu alrededor puede haber guerra, ruido y explosiones, sin embargo en tu interior puedes estar en silencio, con tus sentidos recogidos y tu corazón en comunión con Dios. Allí puedes orar y tendrás respuesta.
Petición final
María, Reina del Santísimo Rosario, enséñanos a escuchar a Dios, pues queremos tener como tú nuestro propio fiat, ese momento decisivo, en el que recibiendo del Padre la misión para la que fuimos creados y pensados desde la eternidad, podamos también decir como tú, Madre Santísima, “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu Palabra.” Te lo pedimos por Jesucristo tu Hijo y Señor Nuestro. Amén.