lunes, 19 de septiembre de 2011

#139: ¿Cómo descubrir la presencia de Dios?



Dios omnipresente está en todas partes. 


¿Cómo es entonces que no lo puedes ver?
 No lo puedes ver porque Dios es espíritu increado, no es luz, energía ni materia alguna. 


 El ojo humano es un órgano que capta rayos de luz y los convierte en señales eléctricas que viajan por el nervio óptico hacia el cerebro, por lo tanto debemos utilizar algo más que los ojos para descubrir la presencia de Dios.


Dios está presente de manera especial en:

  • la Eucaristía,
  • la Biblia,
  • el confesor,
  • el celebrante,
  • en cada uno de los fieles y
  • en medio de las personas que se unen en oración.

Puedes descubrir a Dios:


  • Contemplando las maravillas del universo y la belleza de un alma bondadosa y pura. 
  • En la ayuda que recibes y en las penas que dan mejor forma a tu espíritu. 
  • En las vidas de los santos y en la providencia y bendición que tú has aprovechado.


Varios miles de personas tuvieron la suerte de ver con sus propios ojos a Dios encarnado, a
l comienzo de la era cristiana. Desde entonces la historia se dividió en dos, antes y después de Cristo. Ahora tenemos que esperar para verlo, pero podemos gozar de su presencia todos los días.

La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que narra una profecía de Isaías en torno a la venida del Mesías. La cita es Isaías 30, 19-26. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.


Puntos de reflexión. 


1. Cuando el Señor les haya dado el pan de la angustia y el agua de la aflicción, aquel que te instruye no se ocultará más, sino que verás a tu maestro con tus propios ojos.


Isaías profetiza la encarnación de Dios. Dios se hizo hombre y enseñó en el templo, y en todos los lugares y ocasiones en las que la multitud se reunía a escucharle. Si sientes angustia o aflicción no pierdas la esperanza, porque tu alma está preparándose para descubrir la presencia de Dios. Estas viviendo tu huerto de los olivos: dobla la rodilla y ponte a rezar, comparte tus sufrimientos con Dios y entrégate a su santa voluntad. (Ver Mt 26,39) Dios no tardará en ayudarte.


2. Tus oídos escucharán detrás de ti una palabra: «Este es el camino, síganlo, aunque se hayan desviado a la derecha o a la izquierda».


Cristo cumple la profecía de Isaías cuando dice: "Yo soy el camino, la verdad y la vida..."(Jn, 14,6) Él es el camino y viene a convocar a todos a seguirlo, sobre todo a los que se han desviado del camino, a todos los pecadores. Cristo nos invita a seguirlo. Ya no tenemos a Cristo encarnado con nosotros, porque como El mismo nos enseñó, convenía que así fuera para que viniera el Espíritu Santo a morar en cada uno de nosotros. (Jn, 16,7)  El Espíritu Santo es el mejor maestro.


3. Tendrás por impuros a tus ídolos recubiertos de plata y a tus estatuas enchapadas en oro; los arrojarás como inmundicia, y les dirás: «¡Fuera de aquí!». El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en el suelo, y el pan que produzca el terreno será rico y sustancioso. Aquel día, tu ganado pacerá en extensas praderas. Los bueyes y los asnos que trabajen el suelo comerán forraje bien sazonado, aventado con el bieldo y la horquilla. En todo monte elevado y en toda colina alta, habrá arroyos y corrientes de agua, el día de la gran masacre, cuando se derrumben las torres. Entonces, la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces más intensa –como la luz de siete días– el día en que el Señor vende la herida de su pueblo y sane las llagas de los golpes que le infligió.


Dios sabe lo que necesitamos y escucha nuestras oraciones. Dios también tiene peticiones. El quiere que sigamos a Cristo y que seamos fieles. A cambio nos ofrece: un trabajo próspero, lluvia, seguridad y salud. ¿Acaso no son estas algunas de las peticiones más comúnes que escuchamos en misa? Dios ya desde siempre sabe lo que anhelamos y necesitamos. En mi experiencia personal, Dios cumple más pronto con mis anhelos profundos que con mis oraciones, pues la mayoría de las veces no me atrevo a pedir lo que anhelo o no me conozco suficientemente bien, pero Dios sí me conoce y sabe hacerse presente.



Pidamos a María Santísima, Reina de la Creación, que nos enseñe a descubrir a Dios adentro de nosotros mismos y presente en el prójimo a fin de que nos respetemos, nos amemos y cuidemos unos de otros como Cristo nos enseñó. Amén.

lunes, 12 de septiembre de 2011

#138 ¿Qué significa compasión?



La palabra compasión aparece 87 veces en la Biblia y es más que un sentimiento, es una expresión del amor que vincula, fraterniza, auxilia y se alegra con el prójimo. La compasión es la empatía puesta en acción por amor.



Dios se compadece del hombre, tanto del santo como del pecador. Dios se compadece de sus ovejas extraviadas, de los enfermos y de los que han muerto. Dios se compadece de los que sufren y de los que ignoran. Dios se compadece y está dispuesto a morir por ti.



La reflexión de hoy está basada en un pasaje de la Biblia que transcribe una profecía de Isaías acerca de la crucifixión de Jesucristo. La cita es Isaías 30, 8-18. Te recomiendo que hagas una oración al Espíritu Santo para pedirle su luz, antes de leer más adelante.



Puntos de reflexión.



1. Porque este es un pueblo en rebeldía, son hijos mentirosos, hijos que no quieren escuchar la enseñanza del Señor.



La mentira no te aprovecha. La sinceridad es esencial para que a través de la confesión puedas limpiar todos los pliegues de tu alma. Para hacer una buena confesión es importante tener la costumbre de ser sincero, así cuando la gracia te toque su efecto se maximice.



2. Porque así habla el Señor, el Santo de Israel: En la conversión y en la calma está la salvación de ustedes; en la serenidad y la confianza está su fuerza. ¡Pero ustedes no lo han querido!



El hombre no puede perder de vista que la salvación es la empresa más importante de su vida. La conversión se trabaja cada día optando por Dios en cada oportunidad. El hombre de fe se sabe libre del capricho de la suerte por lo que no se angustia y no pierde la esperanza. El hombre de fe se sabe amado por Dios y así puede tener serenidad en el presente y confianza en el futuro. La alternativa es demasiado estresante para que la psicología humana lo pueda soportar en todo el ciclo de la vida. La fe por lo tanto favorece tu salud mental.





3. A pesar de todo, el Señor espera para apiadarse de ustedes; a pesar de todo, él se levantará para tenerles compasión; porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Felices todos los que esperan en él!



Dios conoce la verdad porque ve más allá de nuestras mentiras. Dios sabe que nuestra incredulidad nos hace sufrir más de la cuenta. Dios se levanta en la cruz para que no dudemos y para que ante tanto amor nos despojemos de toda máscara. Ojalá que nosotros también como el centurión romano podamos reconocer al Hijo de Dios al contemplar la crucifixión y repitamos sus palabras: "Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios." (Mc. 15,39).





Pidamos a María Santísima, Rosa mística, que podamos conocer el aroma de la compasión, para que esta virtud nos mueva a enmendar todo aquello que esté a nuestro alcance hacer por el prójimo y por nuestra propia salvación, para gloria de Dios. Amén.